24 junio 2008

"Vertigo" en la casa Castro, No ir es un pecado



Por Alejandro Jozami

Estar ante Vértigo, la gran película de Hitchcock, y poder verla, es sinceramente una oportunidad imperdible, para aquel que no la vio todavía, como para todos los que la vieron y seguramente tendrán el deseo de admirar nuevamente este perfecto filme.

La película en su estructura, se encuentra subdividida en dos partes, una hasta el momento en que Scottie se despierta de una pesadilla y la segunda parte desde ahí hasta el final.

La primera parte narra un thriller, una película de mucho suspenso generada desde las expectativas de las acciones de los personajes, estamos en constante suspenso por saber que va a hacer Scottie, o como va a reaccionar Madeleine, su esposo, etc.

El cambio que se produce al pasar a la segunda parte de la película la convierte automáticamente, ya con el mismo sueño de Scottie, en un Psico Thriller absoluto (de esos que hoy se hacen cada dos días y son malísimos, aquí esta la piedra basal de los mismos, hecho por un genio del cine). No solo tenemos ya la fobia del personaje principal, también nos centramos en sus obsesiones, en sus tendencias sexuales (mucho se ha hablado de que Scottie es un impotente sexual, desde la misma novela en la que esta basado el filme), sus miedos, amores, sus perversiones, en fin, vemos como Hitchcock va dándole forma a los personajes, los va moldeando de manera psicológica para avanzar con una historia soberbia, apoyada fundamentalmente en la mano y mente creadora de su director, en el guión, la música de Bernard Herrmann, la ambientación, y las actuaciones, sobre todo de James Stewart. Una joya del cine, no solo dicho por mí, sino que respaldado por todos los críticos del mundo y las constantes encuestas en las que siempre aparece como una de las mejores películas de la historia del cine.

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