La Calle De La Revolución
“Un nuevo amanecer marca el primer día del resto de nuestras vidas, excepto cuando se trata del día en que uno va a morir." Con esa frase “Lester Burnham” (Kevin Spacey en Belleza Americana, 1999) anunciaba, en la película dirigida por Sam Mendes, lo que sería el final de sus días de sufrimiento terrenal.
Así como en “American Beauty”, “Solo Un Sueño” plantea la compleja situación de falsa felicidad del “American Way Life” (estilo de vida americano), ya no desde la mirada de un hombre que después de su amargada y despreciable vida comienza a sentir que puede liberarse de ella, sino desde la vida de un matrimonio incapaz de conseguir la felicidad y de cumplir sus sueños, debido a todos los conceptos y compromisos que atormentan socialmente a los norteamericanos con tal de llegar al ideal de ser “el buen americano”. Decididamente Sam Mendes en su crítica no solo señala a la sociedad norteamericana como enferma, también la culpa de enfermar a sus componentes básicos, la familia.
El filme cuenta en los papeles principales con la pareja de “Titanic”, un Leonardo DiCaprio que recuerda a sus mejores interpretaciones (“¿Quién ama a Gilbert Grape?” 1993, O “El Aviador” 2004) y a la siempre brillante Kate Winslet (El Lector, 2008), esta vez enfrentando el naufragio de un matrimonio de la manera más cruda y realista posible.
Si hay algo que reprocharle a la dirección del filme es sobre todo su exceso de palabras, teatralizando mucho más de lo debido la historia, dejando al descubierto el pasado como director teatral de Mendes, que parece no haber escuchado las palabras del maestro Alfred Hitchcock: “Cuando se cuenta una historia en el cine, solo se debería recurrir al dialogo cuando es imposible hacerlo de otra forma”, por todo lo demás, hasta por lo artístico, estamos ante una muy recomendable película.
Lic. Alejandro Jozami
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