25 mayo 2010
"La Strada" Federico Fellini En el Cineclub - Ciclo de Cine Italiano
Paradigma del cine neorralista de Fellini, refleja pues el desolador y esperanzador al mismo tiempo periodo de postguerra italiano, donde la cámara del cineasta se adentra en las miserias de una sociedad depauperada, resignada, miserable y desposeída siquiera de un mínimo de dignidad humana que les sirviera de aliento en el decurso vital de una nación golpeada por el infortunio y el desengaño...
Donde precisamente aquella miseria generalizada servía de nexo de unión de las conciencias colectivas suficiente para impulsar nuevos bríos en la tradicionalmente alegre península mediterránea...
Junto con sus dos obras anteriores e iniciáticas, exponentes del neorralismo felliniano; “Lo sceicco bianco(El jeque blanco)” y mi admirada “I vitelloni(Los inútiles)”, son las dos películas más accesibles en la filmografía del cineasta de la Romagna, lejos de aquella por momentos maravillosa perspectiva irónica-onírica de su particular universo creativo de obras posteriores...
Con una estupenda banda sonora a cargo de Nino Rota, su colaborador habitual en estas lides hasta 1979, fecha de su muerte, con la colaboración póstuma de “Ensayo de orquesta”... aquella maravillosa sintonía que la desgraciada Gelsomina (espléndida Giulietta Masina) tocara con su trompeta, el unico instrumento junto con el tambor que aprendiera a tocar durante su periplo por la vetusta Italia de la mano de su protector, el forzudo Zampanò (un no menos soberbio Anthony Quinn)...
Una bella fotografía en blanco y negro a cargo de Otello Martelli retratando la miseria de un país destruído y abatido, en pleno proceso de reconstrucción, y en mitad de una miseria devastadora... retrato sórdido y realista de un país en descomposición-deconstrucción...
Desde los primeros momentos, cuando Zampanò compra a Gelsomina por 10000 míseras liras, vagando en aquella destartalada motocicleta con chiringuito y carpa detrás incorporados a modo de caravana, con la inscripción de su nombre, una sirena y un búho...durante aquel maravilloso periplo por la Italia de postguerra en espectáculos ambulantes y formando parte de aquella colección de personajes resignados, que combatían a duras penas la miseria y la pobreza con la alegría de la ingenuidad, los más pequeños y con la dura y diaria supervivencia, los mayores...
La Masina, la mujer de Fellini, compone una de las interpretaciones más fascinantes en la historia del celuloide, con claras reminiscencias del Chaplin de “La quimera del oro” por mucho que otros la hayan comparado INJUSTAMENTE con la Lina Morgan de “La tonta del Bote” por el histrionismo de sus ademanes...
Para Anthony Quinn será junto con “Zorba, el griego” su actuación más convincente y cautivadora...
Una verdadera O B R A M A E S T R A.
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