Estoy eternamente seguro que después de ver esta película saldrá del cine con una sonrisa, con ganas de vivir y con el espíritu bien alto como para seguir adelante con todo. En realidad hace mucho tiempo que no veía una película tan entretenida, tan centrada en el gusto del espectador, y tan pensada para él como lo es “Slumdog Millonaire”, ¿pero esto hace esto que realmente sea la mejor película del año? Posiblemente no, pero posiblemente con mostrar un poco de ternura, de humanidad, de sana esperanza, algo que el cine de hoy, enmascarado en el terror y en la violencia parece olvidar continuamente, tal vez alcance.

El mensaje que transmite la película es innegablemente esperanzador, busca el regocijo del espectador, su participación positiva en el filme, se quiere que esté positivamente de acuerdo con lo que se dice, que lo comparta, lo asimile y lo distribuya luego como algo cierto. Pero en realidad ¿esto nos importa? Al fin y al cabo lo único que el espectador sale diciendo de la sala, es que ha visto una buena película, que solo le hizo pasar un buen rato, no da para nada mas, no logra profundizar en nada, hasta ahí llega.

Desde su estética es ciertamente irresistible, sus colores estilo “Bollywood” (industria hindú emulo del Hollywood norteamericano), su ritmo No-Hollywood, sus bailes, sus miradas y sus actores, todo transmiten la esencia de un lugar que nos es extraño pero asombroso, hermoso e irreal pero cierto, un lugar que las cámaras del cine logran describir en nuestra retinas como si se tratase de una inmensa fantasía que se cumple, así es el cine, genial, fantástico y brillante, así es algo que puede cumplir los sueños de todos en manos de sus intérpretes, que son uno y todos a la vez. El cine es magia, el cine es vida, y esta película forma parte de esta fantasía inmortal.

Lic. Alejandro Jozami